Contratar una asesoría es una de las primeras acciones que realiza un emprendedor cuando quiere poner en marcha un negocio. El asesor será el profesional que le acompañará en su aventura profesional desde que pone en marcha su proyecto hasta que finaliza. Hemos hablado con profesionales y autónomos para conocer cómo son las asesorías que buscan los autónomos en España.
Aunque un autónomo dirija un negocio, es diferente a una empresa, a una sociedad mercantil. En los autónomos, jurídicamente, no existe diferencia entre la persona física y la actividad económica. Dicho de otra manera, el autónomo responde con su patrimonio personal de las deudas y obligaciones del negocio. Si este funciona bien, su situación financiera será mejor que la de un trabajador por cuenta ajena, pero si el negocio va mal, puede comprometer su economía personal. De ahí lo importante que es contar con buenos gestores profesionales. Una mala decisión puede tener consecuencias fatídicas.
Cuando abrí una tienda hace más de 10 años, la asesoría me ayudó a capitalizar el paro. Gracias a ello pude poner en marcha mi proyecto. Me tramitó el alta de autónomo y gestionó mis responsabilidades fiscales y laborales durante los 10 años que duró el negocio.
Para mí, los proveedores de género y de servicios para la tienda eran personas y empresas con las que tenía una relación comercial. Sin embargo, al asesor lo consideraba como parte de mi equipo. Como una parte importante del negocio. Con él tenía un nivel de confianza y complicidad que no tenía con los demás.
He hablado con gestores y con autónomos para redactar este artículo. He consultado algunas revistas especializadas para emprendedores. Con esta investigación he llegado a la conclusión de que estos son los criterios que valoran los autónomos a la hora de contratar una asesoría.
Una asesoría con cara y ojos.
La confianza es el requisito básico a la hora de contratar un gestor. Los asesores de H.M., una asesoría de Villaviciosa de Odón (Madrid) con la que hemos hablado, nos dicen que no utilizan máquinas. Son ellos, personalmente, los que revisan las cuentas de sus clientes. Dicen que trabajan así, aparte de por la filosofía de la empresa, porque se lo demanda su clientela.
Cada asesor de la asesoría se responsabiliza de un autónomo o de una empresa, aunque su relación se efectúe de manera telemática. Esta es una práctica habitual en muchas asesorías. De esta manera, el cliente puede dirigirse a su asesor cuando lo necesite para hacerle una consulta o para transmitirle una orden que afecte a su negocio.
Ponerle cara al profesional que está llevando la contabilidad de tu empresa, al que le entregas tus facturas cada mes, el que se encarga de gestionar tu relación con Hacienda y la Seguridad Social, es importante para enfocarte en tu actividad profesional, sin otras cuestiones que te despisten
Ten en cuenta que estás compartiendo información confidencial sobre tu empresa con un tercero. Que has delegado en él algo tan delicado como es tu relación con el Estado. Un pequeño error en los trámites puede hacer tambalear el negocio. Es una relación de servicios que no tiene nada que ver con la del operador que te ha colocado la fibra óptica en la oficina o con la empresa de mensajería que te lleva los paquetes.
Asesoramiento integral.
La gestión de un autónomo es relativamente sencilla. A grandes rasgos, basta con pagar la cuota de autónomo cada mes y efectuar los pagos trimestrales a hacienda. Unos pagos que incluyen el I.V.A. y la retención del I.R.P.F.; así como la regularización y liquidación del ejercicio, que se efectúa cada año.
En el funcionamiento normal de un negocio siempre surgen imprevistos o necesidades extra que necesitas cubrir y que te interesa, que te lo resuelva tu asesoría. No que tengas que ir corriendo a buscar otro asesor porque el profesional que trabaja contigo no se encarga de eso.
Es por ejemplo lo que le surgió a Eva, una hostelera de Valencia, que tras la pandemia del covid-19 diversificó su actividad y pasó a prestar un servicio de cáterin, además de gestionar su restaurante. De repente se dio cuenta de que necesitaba contratar un seguro a terceros y de que debía tramitar ciertas licencias para prestar el servicio. Su asesoría le ayudó en estas gestiones.
Comodidad y accesibilidad.
El portal Info-autónomos señala que los autónomos españoles prefieren asesorías online que tengan sede física.
La relación de un autónomo con su asesoría es constante y fluida. Mantener contacto por internet facilita las gestiones. Ten en cuenta que el autónomo debe estar enviando documentos a su gestor continuamente. Por ejemplo, antes de efectuar el pago trimestral a Hacienda, le debe enviar por escáner todas las facturas. Por otro lado, siempre pueden aparecer dudas o consultas que le interesa comentar con su asesor antes de tomar una decisión. Así como notificaciones o requerimientos que la asesoría desea hacer llegar a su cliente.
No todos los asuntos se puede tratar de forma telemática. El autónomo puede requerir, en un momento dado, tener una entrevista presencial con su asesor. El que este trabaje en una oficina física facilita el encuentro.
Aunque el autónomo no visite la oficina de su asesor en años, el hecho de que disponga de una dirección física, a la que se puede dirigir cuando lo necesite, le reporta tranquilidad.
No solo gestionar, también asesorar.
La revista digital Autónomos y Emprendedores señala que un criterio para elegir una asesoría es que preste un servicio real de asesoramiento. No, que se dedique a tramitar papeleo.
Bien sea a petición del autónomo o por iniciativa propia, la asesoría debe compartir información valiosa para su cliente y hacer sugerencias que facilite la toma de decisiones.
El autónomo conoce bien su sector, pero anda perdido en cuanto a trámites burocráticos y cambios legales. Una sugerencia del asesor de que realizando tal acción, el autónomo se puede beneficiar de una ayuda del gobierno o de la comunidad autónoma o que se puede aprovechar de una deducción fiscal, es una propuesta bienvenida.
Esta forma de trabajar implica un conocimiento por parte del asesor sobre el negocio de su cliente y la normativa que le afecta, y la necesidad de mantenerse al día respecto a los cambios legales y las últimas novedades.
Estos detalles manifiestan una preocupación del asesor por su cliente. Todo lo que beneficie al autónomo lo fideliza con respecto a la asesoría.
De poco le sirve una asesoría a un emprendedor, si esta no puede orientarle para mejorar la dirección de la empresa.
Que resuelva situaciones y trámites extraordinarios.
La primera situación en la que un autónomo requiere el apoyo de su asesoría es en el proceso de legalización del negocio. Cuando el emprendedor se da de alta como autónomo.
Para un Graduado Social experimentado, uno de los profesionales que suelen ejercer como asesores laborales y fiscales, esto puede parecer un trámite sencillo; pero para la mayoría de los autónomos es un proceso farragoso. Están perdidos, no saben por dónde empezar y les da la sensación de que están perdiendo el tiempo.
Otra de las situaciones nuevas en las que el autónomo no sabe cómo actuar es cuando contrata a un trabajador; sobre todo si nunca lo había hecho antes. Así nos lo cuenta Rubén, un tendero de Palma de Mallorca que, a medida que fue creciendo la facturación de su tienda, tuvo que contratar a un trabajador para que la ayudara.
Rubén no sabía cómo debía dar de alta al nuevo trabajador y, sobre todo, tenía dudas respecto a qué tipo de contrato de trabajo era el más adecuado. No sabía si contratando al trabajador recibía alguna ayuda o si era mejor a efectos fiscales contratarlo a media jornada o a jornada completa.
Experiencia.
Un criterio importante que valoran los autónomos para elegir asesoría es la experiencia. Pensándolo bien, parece lógico. Nadie dejaría las cuentas de su negocio en manos de alguien inexperto. Es una decisión arriesgada.
José, que tiene una carnicería en Tomelloso (Ciudad Real), contrató los servicios de una de las asesorías más antiguas del pueblo. Una buena parte de los comercios de la zona trabajan con ella. Si los comerciantes la contratan, es garantía de que es un buen asesor.
Cada año salen, de la universidad, nuevos diplomados en Graduado Social y licenciados en administración de empresa. Muchos de ellos se lanzan a abrir una asesoría. El principal hándicap para hacer prosperar su negocio es la experiencia. La universidad te prepara bastante bien en el terreno teórico, pero la práctica es otra cosa. Eso lo saben las empresas y autónomos, que se inclinan por las asesorías más experimentadas.
Un aspecto importante en las asesorías es la especialización. No todos los negocios funcionan igual. Más aún, determinados sectores como el transporte, la agricultura, el comercio digital o las cooperativas tienen una regulación legal propia. Especializarse en uno de estos sectores es una opción para hacer prosperar una asesoría.
Para un autónomo, elegir la asesoría con la que trabajar no puede ser una decisión que se pueda tomar a la ligera.