A veces, conviene renunciar a una herencia

¿Alguna vez habéis tenido derecho a una herencia? Resulta uno de los procesos en los que la gente suele tener un mayor cuidado. Cuando nos encontramos en un momento como este, solemos necesitar pies de barro y asumir la mentalidad de que estamos ante un proceso que es largo y que puede llegar a cansar mucho. Por tanto, tenemos que poner toda la carne en el asador para que dispongamos de la mayor cantidad de opciones de salir airosos de un asunto como ese… Porque sí, puede provocar riesgos de los que luego nos puede costar mucho salir.

Os voy a contar mi caso particular en lo que tenía que ver con una de las herencias a la que tuve derecho, en este caso la de mi abuelo. Él siempre fue un hombre de negocios, que dispuso de varias sociedades y en las que yo estuve implicado desde que tengo uso de razón. La verdad es que necesité tomarme algunas semanas de cierta tranquilidad después de su muerte porque, a decir verdad, no me encontraba psicológicamente bien. A pesar de que ya tenía una edad y que nos esperábamos que pudiera llegar ese momento, nunca estás lo suficientemente preparado para hacerle frente.

Cuando ya me sentí mejor y se leyó el testamento, empecé a observar mejor la situación. Había varias cosas que se necesitaba tener en cuenta en este sentido. Por un lado, había dinero físico. Por otro, las empresas. Y, por el otro, propiedades. Lo que nos correspondió a la mayoría de sus nietos fueron cuestiones que tenían que ver con las tres cosas, con dinero, empresas y propiedades. Así que nos sentamos tranquilamente a ver qué implicaba cada una de esas cosas para no tener que sufrir contratiempos de ningún tipo, algo de lo que todo el mundo debería estar pendiente cuando recibe una herencia.

Como es lógico, cuando tuvimos que empezar a valorar si decidimos aceptar la herencia de mi abuelo o renunciar a la misma, tuvimos que llamar a nuestros abogados para tener seguridad a lo largo del proceso. Nuestros abogados, Abogados en Santander, que cuentan con una amplia experiencia en todo lo que tiene que ver  con herencias, revisaron todos los condicionantes y todas las letras pequeñas. Lo que me indicaron era que era mejor renunciar a la herencia porque alguna de las propiedades llevaba asociadas deudas que yo, desde luego, no podía asumir.

En el caso que guardaba relación con el resto de los nietos y con los hijos de mi abuelo, teníamos un caso similar al que acabo de comentar. La verdad es que siempre conviene revisar estos asuntos antes de decir que queremos la herencia, porque puede haber sorpresas que la persona que dejó hecho el testamento no tenía por qué saber. No cabe la menor duda de que hay que hacer todo lo posible por arrojar luz sobre este asunto y la mejor de las alternativas que tenemos para esto es siempre recurrir a personas que se encuentren especializadas en la materia.

Ya sabemos que puede dar cierta pereza tener que estar permanentemente atentos a aspectos legales que muchas veces no comprendemos, pero la verdad es que merece la pena echarle un ojo a estos temas y confiar en la gente que esté especializada en ellos. En caso de que yo me hubiera querido ahorrar ese trabajo, es verdad que habría ganado varias horas, pero me hubiera encontrado con una deuda que me hubiera puesto las cosas bastante feas. No cabe la menor duda de que hice bien en ponerme en manos de mis abogados y creo que, si vuelvo a tener algún caso parecido a este en el futuro, voy a seguir haciendo las cosas exactamente como hasta ahora.

Mi caso no es raro en absoluto, os lo puedo demostrar si echamos un vistazo a lo que dicen los medios de comunicación en relación con las herencias que se producen en la actualidad. Una noticia que vio la luz en la página web del diario El País indicaba que los españoles estábamos rechazando más herencias que nunca principalmente a causa de las deudas que llevaban asociadas. O lo que es lo mismo: varias o muchas de las personas que estáis en esta página web habéis estado en una situación como la que os estoy describiendo en estos párrafos. La realidad es la que es y no conviene que la ocultemos.

No cabe la menor duda de que hay muchas cosas que se deben tener en cuenta cuando entramos en una situación como esta y que una persona, por su cuenta y riesgo, no va a ser capaz de analizar concienzudamente toda la documentación y cotejarla con la legislación que se encuentra vigente en la materia. Hay que tener mucha experiencia en el asunto para tener claros cuáles son los pros y los contras de aceptar o de declinar una herencia. Es un asunto muy serio y que merece que todas las partes que se encuentren implicadas conozcan los pormenores asociados a una decisión o a otra.

¿Por qué renunciamos los españoles a nuestras herencias? 

Hay varios motivos por los cuales existen renuncias a herencias que son legítimas. Por desgracia, ya hemos visto que este tipo de renuncias son bastante habituales en un país como el nuestro. Hemos querido saber cuáles son los motivos exactos por los que la situación es la que es. Un artículo de El Debate ha arrojado algo de luz sobre este asunto y esgrime las siguientes razones por las cuales se renuncia a una herencia en España.

  • La carga fiscal. Hay que tener mucho cuidado con este tema porque puede traer cola. Asumir una herencia puede ser equivalente a asumir unos impuestos que, llegado el caso, podemos no poder asumir. Por tanto, es lógico que pongamos el asunto en manos de nuestros abogados.
  • La posibilidad de heredar deudas. Ya hemos hablado de esto y se vuelve a demostrar que supone un problema para todas aquellas personas que asumen una herencia.
  • Coste y complejidad del proceso de sucesión. Todo lo que tenga el riesgo de enredarse en un proceso judicial nos da una pereza descomunal y la verdad es que entendemos perfectamente que sea así. En España, los trámites y los procesos judiciales no funcionan lo que se dice rápido, así que no es plato de buen gusto permanecer metidos en ellos.
  • Conflictos familiares. Es una pena que tengamos que llegar a esto, pero la realidad nos demuestra que uno de los motivos por los que se renuncia a las herencias tiene que ver con las rencillas que hay entre los herederos y herederas de una determinada persona.

Creo que es bastante triste que se tenga que renunciar a una herencia, pero la verdad es que es algo que en España está pasando ahora y que va a seguir pasando en el futuro. Una persona, como lo fue mi abuelo, por ejemplo, no solo va adquiriendo bienes, propiedades o dinero cuando va creciendo y cuando va desarrollando su vida. También adquiere obligaciones que es muy posible que no haya finiquitado antes de que llegue la muerte. En realidad, no es algo que nos deba resultar raro porque a nosotros mismos nos puede pasar. Nadie sabe cuándo va a morir.

Tenemos que estar preparados para encontrarnos en una situación así y salir airosos. Y eso solo puede conseguirse con abogados que gocen de la mayor de nuestras confianzas. Nunca sabemos qué nos puede deparar una herencia, pero la sensación general que tenemos todos y todas cuando somos conscientes de que estamos inmersos en un proceso así es que se trata de algo con lo que debemos tener cuidado y que no solo va a consistir en que pongamos la mano para que nos caiga encima de ella esa propiedad o ese dinero que creemos que nos va a caer.

Quien se ha encontrado ya en una situación como la que he descrito sabe a la perfección que los riesgos de una situación así son muchos. La experiencia es un grado y cuestiones como estas también responden a esa lógica. Por desgracia, estamos enmarañados con asuntos de herencias durante varias veces en nuestra vida, así que no cabe la menor duda de que es mejor habituarnos a hacer las cosas bien desde el primer momento para tener esa experiencia y no cometer en ningún caso un error que nos pueda dejar en evidencia.

Una herencia puede ser un dardo envenenado y puede interesarnos esquivarlo por los motivos que hemos ido desgranando a lo largo de todo este texto. Ya sabemos que un asunto como ese puede deparar bastantes molestias, porque nos sentimos legítimos herederos de algo que un familiar nos quiso dejar en un momento determinado. Pero la ley es como es… y os aseguramos que es implacable para todas aquellas personas que no se ajustan a la misma. Por tanto, es mejor no encontrarnos con problemas de los que nos podamos arrepentir en este sentido en un futuro a corto, medio y largo plazo.