En el mundo de la imagen y la moda, el perfume es un referente. La mujer o el hombre al que va dirigida una línea de estilismo no solo viste de una forma determinada, también huele. Además, los perfumes son un producto altamente rentable.
La industria del perfume en nuestro país produce, 8200 millones de euros al año. La mayoría de estos beneficios se van fuera de nuestras fronteras. España es el segundo importador de perfumes de la Unión Europea.
Las fragancias de cualquier marca conocida tienen un precio considerable en el mercado, ningún frasco se vende por debajo de los 70 €. Sin embargo, el periódico El Confidencial dice que el coste de producción del perfume, en sí, solo representa un 3% del precio de venta al público. Es decir, si compramos una colonia de 70 €, tan solo 2,10 € es lo que ha costado producirla.
Esto deja un margen de beneficio muy amplio, que permite que el fabricante invierta en otros aspectos relacionados con el producto. Como el empacking: el frasco, la caja, etc. Tan importante para la industria es cómo se presenta el producto, como el perfume en sí. Para ello hacen un estudio de mercado pormenorizado. A raíz de las conclusiones de este, eligen un color determinado, la forma del envase, el envoltorio. De manera que capte la atención del comprador potencial.
Otro aspecto decisivo es la publicidad. Según la consultora AT Kearney, cada año la industria de la perfumería invierte 800 millones de dólares en campañas publicitarias. La publicidad de los perfumes no está centrada en realzar las características del producto: su olor, su frescura, etc. sino en transmitir un mensaje de impacto al consumidor.
El perfume Good Girl de Carolina Herrera es una oda al empoderamiento femenino. En su publicidad aparece un grupo de mujeres caminando todas juntas como si estuvieran en una manifestación, ataviadas todas ellas con elegantes vestidos de noche. Cada una de las modelos del anuncio representa un arquetipo de mujer diferente. Una fragancia integradora, para todas las mujeres, que simboliza su fuerza.
En la publicidad de la fragancia “Fame”, del diseñador Paco Rabanne, aparece una mujer que parece haber transgredido las normas apropiándose de un producto exclusivo. En la intimidad de su habitación investiga y juega con él. Se deja sorprender por su belleza. El producto va orientado a una mujer atrevida, dinámica y curiosa.
El perfume “Boss Botle” de Hugo Boss va dirigido al hombre seguro, de fuertes convicciones, con una personalidad marcada e intensa. El frasco recuerda a la botella de un licor fuerte como puede ser el whisky o el vodka.
En muchas ocasiones, los perfumes remarcan y reafirman el mensaje que pretende transmitir una línea estilística. Un estilo con el que el consumidor se siente identificado o al que pretende aspirar.
Casi todas las firmas de ropa sacan perfumes.
La revista Semana recoge como las grandes empresas de ropa rápida, de “fast fashion”, dirigidas a un público más amplio, se han sumado a la tendencia de la perfumería, sacando su propia gama de productos. Los perfumes han dejado de ser territorio exclusivo de firmas de alta costura como Carolina Herrera, Versace o Dior
Son conocidas las colonias de Benetton, quizás la primera marca de ropa joven que incursionó en este territorio. Ahora Zara, Women Secret, H&M y Stradivarius sacan su propia línea de fragancias que venden en sus tiendas y con las que pretenden sintetizar en un olor las líneas generales de sus productos.
Fue Coco Chanel quien en 1921 une por primera vez la moda y el perfume, sacando al mercado el icónico Chanel Número 5. Esta diseñadora visionaria y adelantada a su tiempo concibió el perfume como el complemento perfecto para la ropa. El que hace que un conjunto quede redondo cuando se lo pone una mujer.
Hoy, para algunas firmas de moda, la venta de perfumes representa casi el 30% de su facturación. La perfumería es para ellos otra línea de negocio. Les permite llegar a más gente y democratizar la marca, ya que un perfume es más accesible que ciertas prendas de ropa. Supone un rejuvenecimiento de la firma, una actividad nueva que realiza la casa más acorde con los nuevos tiempos. Y refuerza el mensaje que la empresa lanza a sus consumidores, sintetizando en un olor los valores de la firma.
Cuando Antonio Banderas sacó una colonia.
En 1997, el actor español, ya consagrado en ese momento en Hollywood, decide invertir su dinero en sacar al mercado la fragancia “Diábolo”, en colaboración con la empresa española Puig.
Aprovecha su fama internacional para vender un producto de perfumería con su nombre. En Estados Unidos, Antonio Banderas simboliza el galán latino. Para ellos una belleza masculina exótica, y sobre todo, la seducción irresistible del mundo hispano.
Con mucha habilidad, Antonio sabe aprovechar el mensaje que transmite para comercializarlo en un producto que, por lo visto, ha resultado rentable, ya que hasta la fecha ha sacado 7 fragancias diferentes, tanto para hombre como para mujer.
El actor no estaba ligado al mundo de la moda, ni del estilismo, pero era consciente de que había creado una comunidad de personas que le seguían. Para muchos hombres era un ejemplo a seguir. Guapo, simpático, inteligente y con éxito con las mujeres. Para muchas mujeres era el tipo de hombre que no les importaría que les sedujera.
Antonio Banderas representa la fuerza del mundo hispano, como Pedro Almodóvar o los cantantes Ricky Martin y Shakira. Un actor español que ha triunfado en Hollywood, y que a pesar del paso del tiempo, continúa en la cima.
A quién la puede interesar saca una fragancia.
Como hemos visto, sacar un perfume no es un asunto exclusivo de los fabricantes de cosmética. Necesitan de empresas o personas con cierto nombre para venderlo con más facilidad. Para estos supone una fuente de ingresos adicional. Estos son sectores a los que les interesa sacar su propia fragancia:
- Diseñadores y firmas de moda. Un perfume es el complemento ideal a una colección de ropa. Un fuerte elemento publicitario para dar a conocer una marca personal o comercial. Moda y perfume van asociados.
- Influencers. Un referente en redes sociales que saca un producto propio como un perfume redimensiona su nombre. Deja de ser alguien que opina o recomienda a ser un creador, ofreciendo un producto que sus seguidores utilizarán y con el que se sentirán identificados.
- Deportistas y personajes con una imagen pública. Son profesionales que gracias a su actividad se han ganado un reconocimiento y han creado una comunidad que les sigue. Precisamente, formar esa comunidad es el primer requisito para vender un producto de estas características.
- Tiendas de ropa y complementos. Por muy pequeña que sea una tienda o cadena de tiendas de ropa o complementos, tener un perfume propio es un elemento que aumenta el prestigio de cara a su clientela.
Cómo se saca un perfume.
Según los perfumistas de Laboratorios Syrch, una empresa fabricante de perfumes a granel, hay tres elementos necesarios para sacar una nueva marca de perfumes al mercado: Imagen, calidad y legalidad.
- Imagen.
Antes de diseñar el perfume hay que analizar a qué mercado va dirigido. Cómo se comporta, cuáles son sus gustos, qué tipo de colonia utilizan. Esto no solo hace referencia al olor y cualidades de la fragancia, sino también influye en cuál es el frasco más apropiado para presentarlo, los colores identificativos del producto, el diseño de la caja, el logotipo, etc. Partiendo de toda esa información se elabora un mensaje que se intentará plasmar en un producto.
- Calidad.
Un perfume es un producto químico elaborado en un laboratorio por profesionales especializados. Estos profesionales conocen los componentes y saben cómo combinarlos para plasmar en un olor la idea que se desea transmitir. Es un trabajo complicado que se logra dominar a base de conocimientos y experiencia. Para diseñar y producir un nuevo perfume es importante trabajar con laboratorios que cuenten con certificados de calidad. De esta manera sabemos que no ofreceremos a nuestros clientes un producto que no está a la altura de su precio, no crearemos falsas expectativas, ni ofreceremos un producto que es un plagio de otro perfume ya existente.
- Trámites legales.
No cualquier persona puede sacar un perfume en cualquier momento al mercado. La Unión Europea es muy explícita respecto a las condiciones para comercializar un producto cosmético.
En primer lugar hay que elaborar un informe de seguridad que se remite a las autoridades y que el fabricante debe conservar en su poder durante 10 años. Ese informe contiene la descripción del producto, el método de fabricación, el resultado de las pruebas que se hayan realizado para corroborar sus efectos y la declaración de la empresa de no realizar malas prácticas ni utilizar productos prohibidos por la Unión Europea.
Se debe patentar el producto y su marca para evitar plagios e imitaciones, y seguir las normas de cada país respecto a su etiquetado y comercialización. De todos estos trámites se suelen encargar gabinetes jurídicos que trabajan con los laboratorios.
Las grandes marcas invierten cada año cantidades ingentes de dinero en campañas publicitarias. Esto demuestra que los perfumes son rentables, ya no solo económicamente, sino con respecto a promocionar una marca.