Nunca es tarde para estudiar

Mi primer recuerdo al entrar en la universidad es el de entrar a una clase enorme un miércoles por la mañana y escuchar las palabras mágicas “mañana jueves, fiesta”. A partir de ese momento los años en el instituto cobraron sentido, y estudiar era algo más que abrir los libros, era una experiencia para ir buscando retos con las asignaturas de cursos posteriores.

Esto es algo que vivió muchísima gente durante los años de universidad, junto con las manifestaciones, los exámenes orales y las recuperaciones de septiembre. Pero todo esto ha cambiado, pues la realidad es que desde que entró en juego el plan Bolonia (que reducía de cinco a cuatro años las carreras universitarias, además de poner la asistencia obligatoria) la vida universitaria ha cambiado mucho.

Cualquiera que pregunte a un universitario cómo es la vida universitaria, recibirá como respuesta algo como “ir a clase, hacer prácticas, exámenes y trabajos en grupo para no salir de la evaluación continua”. La universidad ha cambiado mucho, pero no por ello estamos ante el fin de la importancia de una carrera universitaria.

A pesar de que ahora estamos en un momento en el que la experiencia es muy importante, las carreras universitarias ayudan a impulsar carreras hasta los límites de los puestos de dirección en las altas esferas de las empresas. Porque estudiar en la universidad no es algo que se haga solo durante la juventud, sino que también se puede hacer durante la madurez.

Eso sí, hay que tener en cuenta que si no tienes la selectividad hecha tienes que hacer una serie de cursos y exámenes para poder acceder a la universidad. De esta manera te preparas adquiriendo los conocimientos básicos para poder entrar en las diferentes carreras universitarias, ya que el tiempo pasa por nuestra memoria haciéndonos olvidar lo difícil que son las integrales y derivadas.

Para superar estos cursos, que con esfuerzo y ayuda no son difíciles, existen academias especializadas en la preparación de los mismos. Es el caso el Centro Universitario San Bernardo,  una academia de preparación en Madrid al curso de acceso a la universidad  para mayores de 25 y 45 años, con más de treinta años de experiencia preparando alumnos con éxito para superar las pruebas de acceso a la Universidad, y con unas instalaciones en el centro que se encuentran a pocos metros de la Puerta del Sol en Madrid.

La experiencia te hace disfrutar mucho

Pero claro está que una vez pasado el curso preparatorio tenemos que ponernos en serio con la carrera, y esto puede ser abrumador para muchas personas que le tienen cierto respeto a la universidad. La pura realidad es que la preparación no importa tanto cuando hay una actitud de trabajo y una intención clara de superar las pruebas.

Ten en cuenta que incluso con veinticinco años, te encuentras con una madurez mayor a la de los compañeros más jóvenes que acaban de salir del instituto. Te conoces mejor, tienes experiencia en la vida y probablemente un saber general mayor que el de los estudiantes más jóvenes que pecan de pensar que lo saben todo.

Además, si entras en la universidad es porque tienes una motivación, quieres sacarte una carrera y es algo que has meditado durante cierto tiempo. Esto te da una mayor calidad de vida y satisfacción al estudiar porque haces algo que quieres y no algo a lo que te han obligado. Todo esto estimula y profundiza el aprendizaje.

Otro aspecto que muchas personas desconocen es que el estudiante adulto tiende a buscar resultados, en lugar de únicamente querer aprobar. Los estudiantes jóvenes no están centrados únicamente en estudiar (aunque deberían), sino que están pendientes de otros aspectos que les hacen no prestar tanta atención en los libros. En cambio, el estudiante adulto, como hemos dicho, sabe lo que quiere y va a por ello.

Los estudiantes adultos también tienen una ventaja, y es que asimilan y comprenden más rápido y mejor la información abstracta que predomina en los estudios universitarios. Un adulto tiene unas técnicas de estudio que pueden ser superiores a las de muchos estudiantes, así como una mayor capacidad para enfocarse a la hora de estudiar.