Cuando un equipo juega en casa lleva ventaja. Es el factor campo. Una mayor cantidad de aficionados afines acudirán al estadio a ver el partido. No para observar, sino para animar a su equipo con sus cánticos. La afición es el jugador número 13 sobre el campo. Un elemento decisivo. Deja de ser una suma de individuos para convertirse en una masa con entidad propia. La afición es visible, se percibe desde la cancha y desde cualquier parte del recinto. Provistos de camisetas, banderas, bufandas y pancartas que le dan cierta cohesión.
El futbol es el deporte de masas por antonomasia en el planeta. El deporte rey. Para el próximo mundial Qatar 2022 se espera que se desplacen un millón y medio de aficionados al país asiático, en lo que sin duda es una edición extraña. En una situación internacional marcada por la guerra de Ucrania y con un calendario inusual. La competición se celebra en los meses de noviembre y diciembre, cuando hasta ahora todos los mundiales de futbol se han realizado en verano, sin interferir en las otras competiciones y facilitando la asistencia masiva de público, pues coincidía con un periodo vacacional.
Para tomar conciencia de la dimensión social del futbol basta con observar este dato publicado por el periódico La Vanguardia. En España, 2,6 millones de personas siguen la retransmisión de partidos de futbol en bares y restaurantes. Pocos fenómenos tienen esta capacidad de convocatoria.
Los socios, la base que sustenta los clubs.
Identificamos un equipo de futbol por la calidad de los jugadores que integran la plantilla de su primer equipo, o por el volumen del presupuesto que manejan. Pero nada de eso es posible si no disponen de una base amplia de socios. No es una cuestión económica. Los clubs tienen distintas vías de financiación. Es dotarse de una base de masas y de un entorno de apoyo que les permitan emprender distintos proyectos deportivos. Un club es una organización compleja que realiza distintas actividades. No solo mantiene un equipo en las primeras categorías, tiene otros filiales en categorías inferiores, en otros deportes (baloncesto, balonmano, futbol sala), disponen de sección femenina, tienen sus propias escuelas de futbol, y esto solo es una pequeña muestra.
Los socios son el sector de la afición más comprometido. Pagan una cuota como pertenencia al club. Son un indicador de fortaleza. Con frecuencia, los clubs lanzan campañas de captación de socios. El Real Madrid Club de Futbol tiene 171.000 socios, el Barça 143.500, el Atlético de Madrid 60.000 y el Atlétic de Bilbao 43.000. A nivel internacional, la Juventus de Turín posee 111.000 socios. Los clubs con una base de socios más numerosa son el Benfica con 270.000 y el Bayer de Múnich con 238.000. Este es uno de los principales activos de los clubs.
Los socios tienen derecho a elegir y ser elegidos en los órganos de dirección del club. Son informados de la gestión en las asambleas de socios. Tienen canales por los cuales pueden expresar libremente su opinión sobre asuntos relacionados con el equipo, teniéndolos más en cuenta que si no pertenecieran a la organización. Tienen un abono anual para asistir a las competiciones en las que participe el equipo y pueden beneficiarse de descuentos preferenciales en servicios gestionados por el propio club o prestados por empresas colaboradoras o patrocinadores.
Las peñas. La organización social de los aficionados.
Son organizaciones autónomas de aficionados a un equipo. Tienen sus propios reglamentos internos, sus propios órganos de gobierno, su propio presupuesto y una sede social propia. Son como una asociación cultural sin ánimo de lucro, pero con un carácter deportivo. El elemento que une a todos sus miembros es la afición por un equipo concreto.
Son un grupo de personas que suelen quedar juntas para asistir a los partidos, organizan viajes, siguen los encuentros en un lugar concreto, realizan cenas e impulsan diferentes actividades relacionadas con el equipo. Como toda asociación, deben tener un acto fundacional, impulsado por un grupo de promotores, como mínimo 3 personas, en el que aprueban unos estatutos internos y eligen la composición de los órganos de gobierno. La peña deberá registrarse en el registro de asociaciones de su comunidad autónoma.
Para solicitar su reconocimiento por parte del club, deben notificarle a este el nombre de la peña, su ámbito geográfico, el número de habitantes de la población en la que se constituye, los datos de una persona de contacto y la dirección de la sede social, que no debe ser un domicilio particular, pero sí puede ser un bar.
Tras aceptar la solicitud, el club oficializa el registro instando a los promotores de la peña a que se inscriban en la federación de peñas del club. Algunos clubs exigen un requisito mínimo de socios o personas con carnet de abonados para reconocerla. Este es el caso del Real Madrid, que requiere que haya un mínimo de 50 personas mayores de edad inscritas en la peña, 25 socios del club y 25 personas con carnet madridista.
Se puede constituir una peña que no sea reconocida por el club, una peña no oficial. Es igualmente legítima, solo que no tiene acceso a ciertos canales de comunicación interna con el club, como si la tienen las oficiales, ni al soporte que este ofrece en cuanto a difusión, coordinación con otras peñas y logística.
El Real Madrid es el equipo de futbol con un tejido organizativo más grande. Tiene
reconocidas 2311 peñas, de ellas 69 están en el extranjero. Caven destacar, por número, 15 en Suiza, 12 en EEUU y 10 en Marruecos. El Barça, por su parte, tiene 1444 peñas oficiales. El club las clasifica de la siguiente manera: 677 en el ámbito 1 (que incluye Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares), 655 en el resto de España, ámbito 2, y 92 en el extranjero.
Es curiosa como se distribuye la afición futbolística por el territorio español. Según una encuesta que realizo el C.I.S., el 38% de los aficionados al futbol en España simpatizan con el Real Madrid, un 25% con el Barça, y a cierta distancia, un 6% lo hace con el atlético de Madrid y un 3% con el Atletic de Bilbao, el Valencia y el Betis.
El Real Madrid es el más seguido en la mayoría de las provincias. Es el mayoritario en Madrid, Castilla La-Mancha, Extremadura, Murcia, los dos archipiélagos, toda Andalucía, menos Sevilla, Alicante, Castellón, Lugo, Orense, Ávila y Salamanca. El F.C. Barcelona es el preferido en las 4 provincias catalanas y en León. En Albacete y La Rioja el corazón está dividido a partes iguales entre el Barça y el Madrid. Los equipos locales tienen su hegemonía indiscutible en Vizcaya (Atleti de Bilbao), Guipuzcoa (La Real Sociedad), Cantabria (Rácing de Santander), La Coruña (El Deport.), Pontevedra (Celta de Vigo), Sevilla (el Betis), Valencia (el Valencia C.F.) y Valladolid y Zaragoza con sus equipos homónimos.
El equipamiento de la afición.
El día del partido, la afición acude al estadio para apoyar a su equipo provisto de una serie de prendas y objetos que muestran el orgullo y la pasión que sienten por su club. Estos aportan una identidad visual al grupo, pero tienen elementos identificativos que recalcan algún aspecto entre la multitud.
Aparte de las camisetas del club, son populares las bufandas, personalizadas con el nombre de la una peña o con el de un jugador destacado. Se llevan también banderas de distinto tamaño que se ondean desde el público antes, después y durante el encuentro. En la web fabricabanderas.com indican que es habitual rotularlas con la fecha de un partido señalado o de una competición relevante. Algunas peñas o grupos cuelgan pancartas de poliéster en el fondo de la grada con mensajes de ánimo para los jugadores.
Menos frecuente, pero también utilizados, son silbatos, bocinas e instrumentos de percusión que alientan a jugadores y público; y que debe emplearse siempre con respeto a los demás. En los años 80 y 90, Manolo “El del bombo”, un empresario valenciano, se hizo famoso por animar todos los partidos de la selección española con su instrumento.
Lo que los aficionados no tienen permitido entrar en los estadios son botellas, fuegos artificiales, bengalas o botes de humo, espráis o pulverizadores con contenido inflamable, rollos de papel, bebidas alcohólicas, estupefacientes, ni armas de ningún tipo. Aun así, siempre se cuela algo.
Respecto a las pancartas, estas no deben medir más de 2 metros por 1,50 y las banderas deben llevar astas de material flexible. Todo objeto que sobrepase un volumen de 25 cm x 25 cm x 25 cm, la seguridad del estadio lo puede considera voluminoso y requisarlo.
Los aficionados son una parte esencial del futbol. Está comprobado que un encuentro a puerta cerrada, cuando no ha habido más remedio que realizarlo, carece de la magia y el encanto de un partido con público. La hinchada acude con su propia parafernalia para hacerse notar. Crean ambiente y forman parte de ese ecosistema tan peculiar que hacen de este deporte el más querido del mundo.