El sector de la reproducción asistida marca el futuro de las generaciones

España es uno de los países mundiales líderes en reproducción asistida, y las cifras hablan por sí solas: en 2016 se realizaron 138.553 ciclos de FIV y 36.463 de inseminación artificial en algunos de los 307 centros públicos y privados que realizan estas técnicas en el país. Y buena parte de ellos, 12.939, fueron a pacientes extranjeras (el 39 por ciento francesas y el 19 por ciento italianas) que habían acudido al país fundamentalmente por una legislación más favorable y alta calidad en los tratamientos.

De hecho, de acuerdo con la Asociación Nacional para Problemas de Fertilidad(Asproin), “España es el destino preferido por los extranjeros para someterse a técnicas reproductivas, con casi un 40 por ciento del turismo de fertilidad europeo, cifra que continúa en aumento”.

La legislación española se considera el principal atractivo para consolidar al país como destino de turismo reproductivo. Pues muchos países no permiten la fecundación in vitro asistida a madres solteras o a las parejas homosexuales. También se da el caso de que las donaciones de semen y óculos no son anónimas en países como el Reino Unido.

Además, España ha resaltado como un país investigador en nuevas técnicas de reproducción asistida, que son enseñadas por instituciones como Ivi Global Education, una institución educativa especializada en el campo de la Reproducción Humana Asistida, de IVI RMA Global, compañía líder a nivel mundial, con más de 70 clínicas en 14 países, que ofrece a través de su programa docente una amplia gama de másteres y cursos especializados, con el objetivo de formar y actualizar a todos los profesionales interesados en esta rama de conocimiento.

Aumenta la infertilidad en España

Los hábitos de vida, el sobrepeso, la contaminación ambiental o diversas patologías son algunos de los factores que contribuyen a que la tasa de infertilidad haya aumentado en la última década en nuestro país.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo que impide conseguir un embarazo tras un año o más de relaciones sin protección. No debe confundirse con la esterilidad, que se define como la incapacidad para llevar a término un embarazo. Esta imposibilidad se puede producir porque los órganos sexuales no funcionan bien, o porque los gametos son defectuosos.

En la sociedad actual en que vivimos es muy común tener casos cercanos de familiares o amigos que no consiguen concebir de manera natural, ya que alrededor del 17% de las parejas en edad de tener hijos -aproximadamente 800.000- sufren este padecimiento en España.

De manera paralela, el anhelo de la paternidad se ha visto reflejado de forma directa en el aumento de los tratamientos de reproducción asistida, un sector que, como reflejan los estudios realizados por la Sociedad Española de Fertilidad, ha avanzado notablemente en los últimos años.

Un estudio presentado el pasado julio en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (Eshre) celebrado en Barcelona revelaba que España se mantiene como el país más activo en materia de reproducción asistida en Europa, con un récord de 119.875 ciclos de tratamiento registrados en 2015, por delante de Rusia, Francia y Alemania.

Causas de infertilidad

Las causas de la infertilidad son variadas y se reparten con cierta equidad entre las mujeres (30%), los hombres (30%), las causas mixtas (25%) y las de origen desconocido (15%). Factores físicos, emocionales e incluso ambientales tan diversos como el ejercicio excesivo, la diabetes, el consumo de alcohol o tabaco e incluso, en el caso de los varones, la exposición prolongada a fuentes de calor, conforman un listado al que se suman patologías y defectos congénitos. Otro de los aspectos más relevantes en la pérdida de la fertilidad es la edad, especialmente para las mujeres, que pasados los 35 años comienzan un deterioro progresivo tanto en la cantidad como en la calidad de sus óvulos. Por el contrario, en los hombres el tiempo no resulta tan determinante según los datos aportados por un estudio británico sobre la fertilidad de la pareja. La investigación revela que, mientras en el caso de las mujeres el éxito en las inseminaciones aumenta en las poblaciones más jóvenes, entre los varones no resulta relevante la diferencia de edad e incluso en algunos casos los inseminadores mayores llegan a alcanzar una tasa de éxito superior.