A veces, vemos tan normal disponer de bienes básicos que no apreciamos como realmente deberíamos la cantidad de ventajas que tiene el simple hecho de poder disponer de ellos. De hecho, solo cuando nos falta este tipo de bienes es cuando valoramos realmente lo que nos aportan a lo largo de nuestra vida. Elementos como el agua, la electricidad o el gas son básicos para cualquier ser humano y no cabe la menor duda de que, sin ellos, nuestro bienestar se ve resquebrajado. Lo ideal, por tanto, es que nunca tengamos que hacer frente a su pérdida. Por desgracia, a lo largo y ancho de todo el mundo hay bastantes millones de personas que no tienen acceso a este tipo de bienes. Este es uno de los grandes indicadores de pobreza en todo el mundo y, en España, aunque no lo veamos todos los días, existe este tipo de problemas en algunos de los lugares de los que se compone nuestra geografía. Desde luego, es lógico que un país que quiera progresar tenga que apostar por hacer llegar el agua, la electricidad o el gas a todos los ciudadanos y ciudades de su territorio.